jueves, 13 de febrero de 2014

Abigael Bohórquez abajo y a la izquierda en el espacio social de Bourdieu.

El análisis sociológico expuesto por Pierre Bourdieu en Razones prácticas. Sobre teoría de la acción., consiste en situar en un esquema, el espacio social y simbólico de una "realidad empírica, históricamente situada y fechada" (12). El análisis del espacio social se distribuye en el diagrama según los dos principios de diferenciación más eficientes: capital económico y capital cultural en el que el eje horizontal (x) corresponde al capital económico mientras que el eje vertical  (y) corresponde al capital cultural, así "las distancias espaciales sobre el papel equivalen a distancias sociales" (18) las cuales están determinadas por el habitus de los agentes, es decir por la disposición/capacidad/habilidad en las prácticas y bienes que poseen. 



Justamente debido a que el diagrama propuesto por Bourdieu depende del capital cultural y económico y que éste se encuentra determinado por élites preponderantes, me parece algo desolador el panorama del autor que analizaré. Abigael Bohórquez fue un poeta y dramaturgo sonorense siempre exiliado de las élites literarias aún cuando se encontraba cercano a ellas. Ya sea debido a su homosexualidad o su modo de tratarla, o tal vez debido a otros factores de su vida, como su ser transgresor y contestatario, y a pesar de la gran calidad de su obra, se encuentra situado abajo y a la izquierda del diagrama. El enorme capital cultural de Abigael junto con su gran obra no corresponden al sitio que ocupa en la cultura de nuestro país y mucho menos a la poquísima difusión de su literatura. He aquí una muestra de cómo lo social es bastante arbitrario y en este análisis, la calidad literaria no es tomada en cuenta. Hace falta hacerle justicia poética al gran Abigael Bohórquez.

lunes, 3 de febrero de 2014

Aproximaciones a la cultura popular: Adorno y Horkheimer

¿Qué es la cultura? ¿Dónde comienza y en dónde termina? Para la RAE, por ejemplo, cultura significa: “Conjunto de modos de vida y costumbres, conocimientos y grado de desarrollo artístico, científico, industrial, en una época, grupo social, etc.” de donde podemos concluir que el arte es cultura pero también la ciencia y también la industria. Hijas de una misma sociedad pero al mismo tiempo opuestas, el arte y la industria serán los principales actantes de los estudios culturales. Y tal vez algunas preguntas importantes sean ¿qué relación tienen? ¿qué función debe cumplir la industria? ¿y el arte? ¿al servicio de quién está el arte? o más bien, ¿debe de estar al servicio de alguien? y ¿hasta qué punto la industria debe de mezclarse con el arte? Cabe mencionar que en estos estudios, se considera cultura, más bien como la parte artística y social dejando del lado opuesto y por demás criticable, al rol de la industria en la actualidad desde la que se escriben estos estudios.

Así ha habido diferentes grupos y distintas perspectivas hacia la cuestión. Dentro de las aproximaciones a la cultura popular alrededor de 1950 encontramos seis principalmente:

Racional-colectivista: Aquella basada en que la estructura de la sociedad capitalista transforma por completo la cultura en consumo, encabezada por Adorno y Horkheimer y la escuela de Frankfurt desde la Sociología/crítica cultural

Ideal-individualista: Desde la cual la cultura de masas no responde a las reglas del arte, con MacDonalds, Greenberg y Leavis a la cabeza y desde la literatura y crítica cultural.

No racionalista: Que considera que en la sociedad de masas proliferan los objetos de entretenimiento, que se parecen a los productos de consumo sin responder al estatuto cultural, encabezada por Arendt y con una aproximación desde la filosofía, crítica social y cultural.

Ideal-colectivista (arte de masas): Considerado como la creación de un nuevo arte, más allá del arte moderno, capaz de movilizar políticamente a las masas con un pensamiento de Walter Benjamin con la filosofía y la crítica cultural

Ideal-colectivista (arte popular): Que piensa que el arte popular recupera el contacto con el público, desde la postura de Panofsky y la historia del arte.

Racional-colectivista: Desde la cual es considerada como escenario central de la lucha por el poder en la sociedad y que ofrece pautas para la oposición al poder dominante con Williams y desde la crítica cultural y la sociología. 

Aquella en la cual profundizaré es la encabezada por T. W. Adorno y M. Horkheimer en su aclamada obra: "La industria cultural: la ilustración como decepción de masas. En este libro se hace una retrospectiva a la ilustración y cómo el modo de vida actual es en cierto modo el mismo de aquella época, o al menos tiene el mismo modus operandi de aquél.

La perspectiva de estos autores al respecto de la cultura es bastante pesimista o muy probablemente deba decirse, realista y tiene siempre que ver con el consumo, de ahí que se prefiera el término “industria cultural” a lo largo de sus páginas ya que el arte y la cultura dejan de ser expresiones de la realidad para ser consecuencia de un proceso mercantilizador de manipulación en el que la gente piensa que se acerca a la cultura por una decisión propia y por el goce artístico que esta deja en ella, cuando en realidad la propaganda, y la mercancía, es ofrecida así al consumidor, siendo sólo una ilusión lo artístico.

El procedimiento de engaño parte de la ideología transformando al espectador en un engranaje más del proceso de producción-consumo. Así, la cultura es una parte importante para el sistema capitalista moderno. Los objetos fabricados por la industria cultural tienen como fin maximizar beneficios. Por eso hay que cuestionarnos la función de los objetos que nos son dados para intentar encontrar el punto de inflexión de los valores que esperamos del producto. ¿Cuántas películas por ejemplo, dejan de ser transmitidas por no tener esperanzas de posicionamiento en el mercado?

Actualmente, un buen modo de saber si vale la pena una película, un disco o un libro, corresponde a la cantidad de ejemplares vendidos, a los discos platino a los nombramientos de bestsellers. ¿Qué distancia hay de la venta de ejemplares a la calidad del producto? ¿Al goce estético? ¿Acaso aún interesa la función estética para adquirir el producto? ¿Acaso hay algún modo de medir lo artístico? Según Adorno y Horkheimer este cambio de las cualidades estéticas de la obra pueden verse al poner atención en la publicidad. Este procedimiento consiste en manipular al consumidor haciéndole pensar que aquello que desea es la adquisición del producto ya que eso le garantiza tal o cual cosa. De este modo, los objetos culturales pasan a ser una necesidad social lo cual garantiza la economía del mercado. Además, el producto se presenta como una novedad por lo que se falsifica la voluntad individual y colectiva.

Lo más interesante de esta perspectiva es que el consumidor piensa o tiene más bien la ilusión de estar tomando decisiones. Sea ya entre una gran variedad  de tipos de café en Starbucks o entre una variedad de colores en los pantalones de una tienda de ropa, el consumidor comprará un producto ya decidido por los centros de poder que se imponen en todos los órdenes de la vida social.


Así, la perspectiva suele ser más bien desoladora, parece que lo más frecuente dentro del estado de las cosas es el engaño a las masas en donde la capacidad imaginativa del individuo es un simple mecanismo codificado, propiedad del productor, y que pertenece al capital socio-económico de la industria.



sábado, 1 de febrero de 2014

Segundo cuestionario post-estructuralista

Cuestionario Terry Eagleton, Post-estructuralismo
84-93

1- ¿Qué es un signo saludable y un signo doble?


Un signo saludable es aquel que no quiere hacerse pasar por natural, es decir que acepta su condición de arbitrariedad y por lo tanto de artificio sin querer pasar por una representación directa de la realidad.
Un signo doble, por el contrario, es aquel que cree representar algo en su totalidad a la vez que transmite ese significado.

2.- ¿Qué es un texto escribible?


Aquel que deja espacio al lector para que lo interprete, escribiendo él su significado. El texto escribible carece de significado preciso y de significados fijos por lo que no se puede aislar ni pueden asignarse límites precisos. (A esto me refería yo cuando en otro post de este mismo blog La dictadura Eco, cuestioné el modo cerrado y limitado de analizar las obras según ese autor).

3.-¿Cuál es el grado cero de la escritura?

Aquél más cercano a la neutralidad, liberado de la contaminación del significado social.

4.- ¿Cuál es el último terreno que queda al placer del significante?

El escribir o el leer-como-si-se-escribiera.

5.- ¿Cuál es la relación entre el post-estructuralismo y el compromiso político?

Es una relación histórica ya que tiene que ver con el movimiento del 68 en Francia. Según Eagleton, el romper las estructuras del lenguaje tuvo que ver con la imposibilidad de romper aquellas sociales del poder.

6.- ¿Cuáles son los argumentos de Eagleton contra los post-estructuralistas?


Que algunos seguidores de Derrida como Paul de Man llegan a ser más anárquicos que los propios estructuralistas ya que ven a la literatura como el polo opuesto de los estructuralistas en el que no sólo se llegan a tener múltiples significantes sino que no hay nada de lo que el lector o crítico pueda asirse, es decir, piensan como dice Eagleton que “la literatura es la ruina de toda referencia, el cementerio de la comunicación” (91).

7.- Busca un texto que ejemplifique el signo saludable y el signo doble.


El signo doble, tal como lo menciona Eagleton sería una historia realista como por ejemplo la descripción de las montañas en Peñas arriba del español José María Pereda así como los textos científicos que intentar dar cuenta de algo verdadero. Por otra parte, el signo doble sería aquél de un poema que al utilizar metáforas sabe que no va a ser comprendido literalmente sino relativamente por su mismo artificio. Tengamos como ejemplo el siguiente fragmento del poema Noche del chileno Vicente Huidobro:

Sobre la nieve se oye resbalar la noche
 La canción caía de los árboles
Y tras la niebla daban voces
En donde no existe una realidad definida que deba desprenderse del poema sino más bien se da oportunidad al lector de existan varios desprendimientos interpretativos.